María Rosa Alonso siempre fue una mujer en alerta. Siempre al rojo vivo, fue de las primeras mujeres que pisó una universidad" en contra de la voluntad de mi madre", que quería que fuera maestra, y vivió su mejor momento en Madrid, en los años treinta del siglo pasado. "Ahí me hice, trabajando muchísimo para ser la modesta persona que soy...". Américo Castro fue su maestro, Ortega y Gasset le enseñó... Y vino la guerra, "una ruptura y una vergüenza".
Éstos son algunos de los retazos que Juan Cruz escribe hoy en el País, sobre una mujer, que como tantas otras ha sido silenciada. Ella y su obra.
Nos hacemos eco de esta noticia porque, entre otros, nuestro objetivo es visibilizar la obra de las mujeres, de tantas mujeres que han sido y siguen siendo invisibles.
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Portavozas y miembras
Hace 6 años
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